Botafogo campeón, la suma de las partes- Segunda Parte

Un domingo a la tarde, volviendo del camping de Luz y Fuerza, una vez terminada la primera fase, “le dije al Lampa (amigo, socio fundador y volante del equipo, además de ser el “Idor” sanjuanino), hablando de nuestras posibilidades de conseguir el ascenso: "hay que ascender este año, no mejor no, hay que salir campeones”. Luego, él, que se caracteriza por muchas veces vender humo, declaró en la página que yo le había dicho que íbamos a salir campeones. Más allá de que “agrandó” lo que yo dije (de “hay que salir” a “vamos a salir” hay una diferencia), la vendida de humo sirvió para que el resto del equipo creyera y que dejáramos de tener esa sensación de estar expectantes a “ver qué pasa” y salir decididamente a ganar el campeonato, depender de nosotros mismos y no esperar que los demás pierdan.

La segunda ronda nos puso en la primera fecha un gran obstáculo. El partido contra Fantásticos, que ganó la primera fase, caía domingo, al otro día del cumpleaños del Panfle (fiesta a la que estuvo afectada la mitad del plantel). A las 6 a.m., after party, el líbero del equipo, Flecha, gambeteaba las moscas en la vereda. No tan graves pero sí claramente pasados de alcohol estaban otros jugadores: Chulo, Lucas, Yo (Gerardo Díaz o "Zurdo"), Hernán (que no fue a jugar por seguir borracho hasta la tarde del domingo), el Chiqui y algún otro.

Sin duda tuvimos la suerte del campeón, porque no queríamos jugar el domingo por lo antes mencionado pero gracias a aquel sorteo, Ariel Almeida pudo asistir al partido y clavó dos golazos con los que ganamos el partido (obviamente no estuvo la noche anterior en la casa del Panfle o Sede del Club a la fiesta).

Luego de algunas fechas, la Liga fue suspendida por incidentes y a nosotros que estábamos punteros no nos gustó porque sentíamos que, de alguna manera nos enfriábamos, se nos cortaba el envión. Pero la parte positiva fue que sirvió para que se recupere el Nene, que estaba quebrado y el “Kun” Leo Peñaloza (también quebrado). El “Kun” la rompió en el tramo decisivo (1 gol a CEAD para empatarlo, 2 a FISUC para ascender).

Más allá de estos datos, que se ven bonitos porque salimos campeones, apareció el equipo.

Tuvimos a un goleador, como “El Negro” Manuel (hizo 17 a pesar de que las estadísticas de La Liga le resten 1 y le den 16), unos cuantos “cracks”: el Leo que jugó poco pero la rompió siempre. El Chulo que se ganó la 10 con regularidad, gambetas y muchas patadas. El Ariel, que tampoco jugó mucho pero aparecía para hacer golazos y pegarle a los tiros libres. Este año,  la defensa estuvo muy sólida, con Germán como el organizador, el Lucas muy regular, el Encito como siempre, una garantía, el Nico con altibajos por la lesión pero con mucha entrega siempre, el Flecha muy bien, jugando casi todos los partidos y sacando (casi) todo, errando un par de vizcachazos nomás. Otro que jugó en defensa y luego pasó al ataque fue el Panfle, con muchísimo huevo, sobre todo en los partidos definitivos (hizo 3 goles en la final contra Santos). Y los arqueros, el Nene en la primera ronda y el Facu (Poroto) en la zona campeonato.

Tampoco hay que olvidarse de los que no somos cracks pero que nos pusimos el equipo al hombro cuando estos estaban de viaje, lesionados o expulsados; los que jugamos en inferioridad numérica, como aquél partido contra Los Andes, que ganamos 3 a 0, y nos hicimos dueños del equipo el Tanque, el Yuyo, yo (lo voy a decir, ja).

Y por supuesto los que tuvieron menos minutos pero cumplieron, como el Angelito, que hizo 4 goles entrando casi siempre desde el banco, el Pampa, que se bancó ser suplente casi siempre, el Lampa, que cuando entró le dio juego al equipo, el Cheo, incorporación de fase final, que casi siempre que entró hizo un gol.

Este Botafogo fue la suma de las partes, en el que aparecieron unos en un momento del campeonato, otros en algunos partidos y que demostró ser un equipo.